sábado, 10 de mayo de 2014

Doña Tomasa Rodriguez: Pianguera incansable en el Pacifico Sur

Doña Tomasa había incumplido nuestra cita porque se encontraba en La Tola dando a luz a uno de los tantos muchachitos que ha ayudado a parir y es que ser partera no es fácil. Esta vez, le tocó en plena canoa rumbo al hospital del municipio La Tola. Su trabajo, está apoyado en agüitas medicinales y yerbas para tranquilizar, acelerar los partos o controlar la presión y los nervios.

Doña Tomasa forma parte de una de las iniciativas que desde el proyecto conservando recursos hidrobiológicos y pesqueros en áreas protegidas financiado por la Unión Europea en convenio con Patrimonio Natural y Parques Nacionales Naturales (PNN), pretende apoyar el ordenamiento ambiental en la subregión Sanguianga -Gorgona, buscando la sostenibilidad del recurso piangua en el área,  mejorando la calidad de vida de las comunidades que dependen de este recurso.  

Pero Doña Tomasa no es solo una partera. Como ella misma dice, fue y seguirá siendo pianguera. María Tomasa Rodríguez, oriunda de San Pablo de la Mar, vereda del Municipio de La Tola Nariño, es consejera, líder comunitaria, es la representante legal de la Asociación de Piangueras Esperanza del Progreso y al mismo tiempo, hace parte de la Junta Directiva, desde el Comité de comunicaciones, del Consejo Comunitario Playas Unidas que cuenta con 20 integrantes. El Consejo reúne 14 veredas de la parte baja del municipio, que corresponden, como su nombre lo indica a las “playas unidas” de Aguacatal, Las Torres, Pangamosa, Secadero, La Pampa, San Antonio, Las Delicias, Pueblito, San Pablo, Bajo Palomino, Caleño, Amarales, Mulatos y Vigía, para un total, según el censo de hace dos años de 487 personas. Todas las playas pertenecen al municipio de La Tola, Departamento de Nariño. El Consejo, apoya por supuesto, a los pescadores y a las piangueras porque “ese es el trabajo que se da en territorio de la parte baja del municipio”.

Maria Tomasa representa a todos y todas las piangueras de la Asociación Esperanza del Progreso, que en total, son 53 y para desafiar la tradición del género femenino en la práctica, en la actualidad se cuenta con 7 hombres piangueros dentro de la organización. Todos los integrantes, son de la vereda San Pablo, de donde es a su vez Tomasa.

“no mi amor, con decirle que aquí hay familias que solo viven del recurso piangua, el trabajo lo hacen los hombres y las mujeres por igual” (…) la organización mayor es esta y en Pueblito tienen un comité, han formado un comité de 27 mujeres piangueras. Si hay una reunión, a mí me toca convocarlos a todos para que se haga la reunión, si se necesita papelería para las piangueras o hay un proyecto para las piangueras, me llaman a mí. Yo represento prácticamente al municipio de La Tola tanto en lo de piangua, como en el Consejo. Para serle honesta, hemos venido haciendo proyectos, en vista de que hay tanta necesidad porque si yo le hablo del pianguero, la gente se mantiene solamente de ese recurso”.  




Doña Tomasa coincide en que el recurso ha disminuido y esto lo atribuye al aumento de población que se ha dedicado a la explotación del mismo. 

Ella misma asegura que “antes, me sacaba hasta 2.000” y ahora, el dia que saca, logra  200, 100 o hasta 50, en parte, “porque es que ya no hay” y además, “ahora le tengo miedo al pejesapo porque me duele, porque hay mucho riesgo adentro del manglar y ya ahora no es como en anteriores tiempos que iba a pianguar, iba con el entusiasmo, “hoy tengo que sacarme mis mil conchas”, ahora no porque le tengo miedo a la culebra, a las conchuelas, a un cangrejito que uno le llama pangora, entonces ya no saco más como antes, perdí la motivación”.

“Yo siempre digo, la piangua es un recurso marítimo, si cuidamos el pescado, hacemos una veda pal camaron, también cuidemos la piangua, saquemos alternativas para la piangua que es un recurso que también es importante para nosotros , para nuestro medio, es un recurso muy importante porque de eso viven muchas familias, no solo una ni dos, sino muchas. Hay familias que no pescan, sino que pianguean, solo pianguean, dependen del recurso porque de la piangua sale pa lo que es el alimento, pa las enfermedades, pa´l estudio de los hijos, de ahí sale todo”.

En vista de ello, Maria Tomasa, como Don Zoilo, Alberto, Janner y muchos otros seres que luchan en silencio por postergar la sostenibilidad del recurso, disminuir su presión y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales; ha intentado, desde su universo particular, contribuir en algo para que la situación sea distinta.

“hemos hecho proyectos, hicimos el acuerdo de piangua que es una propuesta que salió de aquí de esta vereda para buscar a ver si logramos conseguir ingresos para hacer otras clases de trabajo que generen ingresos para el sustento de la casa, todavía no está aprobado, pero si tiene unos párrafos que ya están haciéndole los tramites, el Parque en eso nos ha ayudado para hacerle ese seguimiento (…)

La propuesta se centra en buscar otras alternativas para no solamente hacer la faena de piangua. En ese sentido, se propone trabajar unos días y otros días descansar, pero que en esos días de descanso se hagan otras actividades que no sean la faena de piangua.

“Como no teníamos aliados para salir a hacer ese trabajo, llevamos la propuesta a Parques. Con Parques fuimos a las otras veredas para socializar la propuesta. Primero fuimos al municipio de La Tola, le llevamos la inquietud al Alcalde que en ese tiempo, hace 6 años, era Jaime Anchico y a él le pareció muy buena, dijo listo, yo estoy de acuerdo, yo les ayudo en lo que pueda, fuimos a Satinga, a Mosquera, El Charco, aprovechando que esos son los municipios que hacen la faena en nuestro territorio”.

Según Doña Tomasa, el territorio que tiene el recurso ahora es precisamente, ´playas unidas´ porque Olaya Herrera no tiene donde pianguar. Lo mismo sucede con los de Odemap Mosquera Norte que vienen a hacer la faena a playas unidas “por el problema del canal naranjo que endulzó el agua, entonces el recurso que logró irse, se fue y el que no, se murió”. Los de Bajo Tapajé, que son los de El Charco, también piangüean en esta área. Lo mismo hacen los del Consejo ´Esteros y Manglares´.
A pesar de que la propuesta fue socializada en distintas veredas y Doña Tomasa viajó a Bogotá y a Pasto para realizarle algunos ajustes, todavía no se ha podido concretar ni poner en ejecución, debido en parte, a que, “no hemos tenido unas entidades competentes que digan, si le vamos a jalar al recurso piangua, vamos a ayudarlas, eso todavía no”. En ese sentido, la propuesta la acogen quienes de verdad sienten la conservación.


“el objetivo de nosotros es para cuidar el recurso que no se nos acabe, no se nos agote (…) el descanso se está haciendo, aquí lo hacemos, pero en las otras veredas no. Como de acá salió la propuesta, se deja descansar el recurso. En San Pablo y en Pueblito también se respeta. En San Antonio pianguan muy poco, en el Secadero también”. Por el contrario, hay veredas que  no están descansando, caso Las Torres, Pangamosa, “pianguean hasta que el agua dice ya no más, pianguean más de los 3 días de la quiebra”. 



Desafortunadamente, el Acuerdo de piangua quedó estancado frente a la falta de apoyo. “En tiempos anteriores Parques cogió eso a fondo y empezamos a trabajar y yo creo que eso ha sido lo que provocó que el Acuerdo no tuviera como un mejor resultado porque imagínese, tenemos 3 años que dejamos quieto el proceso y no hemos seguido reuniéndonos, trabajando por el acuerdo, nos dejamos vencer”.

En la actualidad y por medio de la Gobernación de Nariño, se espera conseguir préstamos para las piangueras. “Uno quiere conseguir alternativas para no solamente pianguar, buscar otra fuente de trabajo, pero no tenemos la materia prima para hacerlo.   

En cuanto a los logros, se rescata lo ganado en materia de sensibilización, en especial, en lo relacionado a las tallas de captura. “Si sacamos la pequeña ahí sí es verdad que se acaba porque cómo rinde si la sacan antes del tiempo de ella desovar, tiene que ser en la talla, los 5 cm, menos de ahí, no. Aquí en San Pablo la gente es más consciente de eso y en algunas veredas lo cumplen también”. Otro factor que se suma a respetar las tallas de captura, es que los acopiadores no la compran, “de qué sirve traerla, sino se la compran, pa comprarla es con la medida, van midiendo. Aquí las canoas salen y las que encuentran pequeñas de una vez la van dejando dentro del manglar, no las traen”.

Un paso ganado se le atribuye también al cambio de ACPM por repelentes menos contaminantes y más amigables con el recurso y el ecosistema.

“en tiempos anteriores se utilizaba el ACPM para pianguar, ya por acá no lo utilizamos porque el ACPM es contaminante y como la piangua es un recurso que es un filtro porque ella todo absorbe. Entonces uno se unta el petróleo en las piernas, diga?, se mete al manglar, se entierra toda esta parte por aquí, entonces todo el petróleo que uno tiene untado, queda en el lodo diga?, entonces eso empieza a bajar, cuando viene subiendo la marea, la piangua ella se abre para absorber porque cuando está bajando, no absorbe, pero cuando está subiendo sí. Entonces se absorbe ese petróleo  y se muere, toda la que absorbe petróleo se muere, entonces vimos que eso le hacía daño al recurso”.

El ACPM se cambió por repelentes naturales creados en su mayoría a base de aceite de coco, “se rompe el coco, se saca el aceite y se revuelve con crema de piel, algunos le echan alcohol, menticol, o mentol”. La mezcla sirve de protección para la piel porque “había mucha gente que el petróleo le hacía salir un poco de brotes, unas manchas, unas cosas feas, gente que era alérgica a eso y le hacía daño”.

Se destacan iniciativas interinstitucionales, caso la UMATA con la Gobernación de Nariño, quienes están trabajando con las piangueras  en capacitaciones para concientizarlas y educarlas sobre el manejo y el cuidado del recurso, así como del manglar. Ya se cumplió una primera fase donde las encuestaron para conocer la población que depende del recurso y, “me dijeron que teníamos que hacer grupos de 20 para que nos dieran unos insumos”.
Para Doña Tomasa, una de las claves para mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales y disminuir la presión sobre el recurso, se centra en el trabajo articulado entre la institución y la comunidad.

“yo siempre digo, si las entidades trabajan cogido de la mano con las piangueras y los Consejos Comunitarios, yo sé que las cosas dan buen resultado porque siempre las instituciones no conocen a fondo las cosas de la comunidad, no conocen a fondo los recursos, dónde quedan las pozas. Por ejemplo, están los chaparales o anegadales, que son los que generan más piangua porque uno consigue bastante concha pequeña, porque desovan más, a diferencia del manglar rojo que es el alto donde se da menos piangua. Entre más duro sea el manglar, el lodo, se da menos el recurso, se saca menos y en las partes que es anegadal se saca más, la concha es negra, peludita, esa da mejor resultado, porque esa desova más y se consigue más, no sé por qué”.

Para Doña Tomasa, el apoyo de Parques Nacionales Naturales (PNN) ha sido fundamental. “Pa que, yo estoy muy agradecida con Parques porque Parques nos apoyó bastante, nos apoyó en el Acuerdo de piangua, para hacer la parte que hicimos de recuperación, ellos nos ayudaron para los letreros de <aquí no se puede pianguar>, <aquí no se puede pescar> porque las ideas salen de acá, pero las llevamos al Parque, entonces ellos nos dan el apoyo. Con Parques si, con Parques hemos hecho trabajo en conjunto”.

“La esperanza no se pierde, hay un dicho que dice que la esperanza del pobre disque es larguísima porque toda la vida vive esperanzado porque algún dia va a conseguir algo y así somos nosotros, nosotros sabemos que algún dia conseguimos algo de alternativa para nosotros salir adelante, para mermar los tiempos de faena y dedicarse a hacer otros trabajos (…) como dice mi organización de piangueras, Esperanza del Progreso, es que algún dia, con la esperanza que tenemos podemos progresar, salir adelante, yo tengo la fe, que algún dia, las piangueras vamos a descansar, no definitivamente, pero si un poco”.


De esta forma, desde el proyecto conservando recursos hidrobiológicos y pesqueros en áreas protegidas financiado por la Unión Europea en convenio con Parques Nacionales Naturales (PNN), destacamos el trabajo que María Tomasa Rodríguez viene desarrollando por las piangueras en la vereda San Pablo de la Mar del municipio de La Tola en el Departamento de Nariño. De igual forma, nos sumamos a los esfuerzos que desde las áreas protegidas se vienen desarrollando para mejorar las condiciones de vida de los pobladores locales y sin duda alguna, su voz será tenida en cuenta en el proceso de ordenamiento de los recursos hidrobiológicos de la subregión Sanquianga-Gorgona.



Pueden ver apartados de la entrevista en los siguientes enlaces: 



No hay comentarios:

Publicar un comentario